Según mi experiencia, con la lectura del Tarot de Marsella moderno, se puede hacer lecturas de ayuda y apoyo psicológico, actuando como psicoterapeuta. En general los casos más comunes que se tratan, son diversos tipos de neurosis; depresión , ansiedad, cuadros obsesivos. También veo situaciones de estrés y cansancio psíquico.
Por supuesto, esta habilidad requiere una larga preparación y estudios profundos de psicología, que solo algunos tarotistas tenemos. Mis servicios son complementarios, a cualquier tratamiento psicológico o psiquiatrico, y por supuesto a todo tipo de terapias alternativas.
El Tarot, es una creación de la ciencia esotérica, no es el fruto de una observación casual y afortunada, de algún grupo o de un buscador solitario. Detrás del Tarot, hay una teoría muy desarrollada de la naturaleza humana y de su relación con el universo.
Para sanarse, tenemos que comprender que un alto número de nuestros padecimientos tienen un origen psicológico. ¿Pero que es sanar? Toda enfermedad, todo problema es producto de un estancamiento, ya sea corporal, nervioso, sexual, emocional o intelectual. La curación consiste en recuperar la fluidez de las energías.
Los Arcanos del Tarot de Marsella, representan una imagen exacta de arquetipos que son los modelos según los cuales, se los quiera o no, se forman, se combinan, se determinan todas las situaciones posibles del mundo humano. La totalidad de los Arcanos recorre la totalidad de la experiencia humana, incluidos los padecimientos psicológicos.
Cuando en una lectura psicológica de autoconocimiento, en una actitud de sincera aspiración de reconocimiento objetivo, de nuestras propias contradicciones y conflictos internos, tomando conciencia de las propias imperfecciones presentes –inevitables dada la sociedad en que vivimos- uno llega a descubrir que la autocomprensión es una luz que permite suavizar y en algunos casos corregir, nuestra insuficiencia psicológica. En realidad, la verdad sobre nosotros mismos por medio de la confrontación esencial, que producen las láminas del Tarot de Marsella, puede liberarnos , porque una vez hayamos comprendido verdaderamente algo sobre nosotros mismos, ello cambiará nuestra mirada interior sin “nuestro” intento de cambiarlo. Un verdadero percatarse de lo que hacemos y de cómo y porqué lo hacemos, transforma nuestras respuestas obsoletas en idioteces que probablemente caigan por el camino, o que pierdan poder sobre nuestra psiquis.
El tarologo no debe hacer líricas promesas ni panegíricos (“Eres un alma noble, eres buena, todo irá bien, Dios te premiará”, etc.), palabras inútiles que impiden la toma de conciencia. Para sanar, el consultante no debe huir del sufrimiento, sino que, viéndolo frente a frente, ha de asumirlo para luego liberarse de él. Un sufrimiento conocido es más útil que cien alabanzas. (Jodorowsky)
La clase de conocimiento que nos cambia interiormente, no se puede lograr simplemente por medio de la observación de los sentidos volcados exteriormente. Otro conocimiento es posible y este comienza con la observación de sí mismo. Esta clase de conocimiento no se obtiene a través de los sentidos, porque no poseemos ningún órgano sensorial que pueda ser
volcado interiormente y por cuyo medio sea posible observarse con tanta facilidad como se observa una silla o un árbol. Mientras la primera clase de conocimiento puede cambiar las condiciones externas de la vida humana, la segunda clase de conocimiento cambia a la persona misma. La observación es un medio para cambiar el mundo, mientras que la observación de sí mismo es un medio para cambiar el yo. En este sentido, las laminas del Tarot, por ser imágenes arquetípicas, actúan subliminalmente y pueden tocar nuestro centro emocional directamente, más halla de las palabras y a una gran velocidad.